Lecturas de verano: Fahrenheit 451
Siempre que llega el verano me acuerdo de las lecturas que solía hacer en aquellos largos estíos de mi adolescencia y de mi juventud: Edad prohibida, El Quijote, Cien años de soledad (que no fui capaz de terminar y aún hoy es para mí una espina clavada en mi orgullo intelectual) o Un mundo feliz. Otro de los libros fundamentales para mi formación, aunque no sé si lo leí en verano, otoño o invierno, fue Fahrenheit 451. Tal vez no sea una cumbre literaria como las obras de Cervantes o García Márquez, pero es de esos libros que da que pensar, que produce desasosiego, inquietud. Justo lo que pretende la filosofía. Se trata de una utopía negativa o distopía que describe un mundo donde los libros han sido prohibidos y los bomberos ya no se dedican a apagar fuegos sino a quemar libros y a arrestar a sus propietarios, resistentes clandestinos en un mundo donde el pensamiento libre ha desaparecido y las personas han quedado reducidas a la condición de "robots" sin ideas ni sentimi...