¿Hacia la tiranía del panmedicalismo?

El filósofo francés habla de "panmedicalismo" un neologismo que utiliza para referirse a la creciente influencia de la medicina en nuestras vidas. Una influencia que sobrepasa el ámbito que en puridad le corresponde para irse adueñando de espacios otrora pertenecientes a la política, la moral o la espiritualidad. "Una cosa es confiar a los médicos nuestra salud y otra es confiarles el gobierno de nuestras vidas y de nuestras sociedades" afirma Comte-Sponville consciente de estar pisando un "campo minado".
A contracorriente, Sponville critica que los políticos hayan dejado en manos de los médicos y los científicos la tarea de gobernar y de decidir sobre la vida de millones de personas obligadas a un confinamiento total e indefinido que parece no tener en cuenta las terribles consecuencias económicas y sociales que acarrea. En el altar de la Salud y la Seguridad estamos sacrificando valores fundamentales como la libertad y estamos condenando a una generación entera de jóvenes a pagar el enorme coste de la recesión económica provocada por las medidas tomadas para atajar la pandemia.
Sin restarle un ápice de importancia al Covid-19, el filósofo critica que los medios no hablen de otra cosa, como si no hubiera en el mundo otras muchas pandemias que matan a diario a miles de personas en distintos y -¡ay!- distantes lugares del mundo.
Sin restarle un ápice de importancia al Covid-19, el filósofo critica que los medios no hablen de otra cosa, como si no hubiera en el mundo otras muchas pandemias que matan a diario a miles de personas en distintos y -¡ay!- distantes lugares del mundo.
Quizá por eso, el inmunólogo Marcos López Hoyos habla de "infodemia" refiriéndose al exceso de "información" sobre el coronavirus al que nos vemos sometidos diariamente y que termina por saturarnos bloqueando nuestra capacidad de análisis y reflexión. Y cuando esto sucede, cuando ya no podemos asimilar más datos, más ruedas de prensa, más lágrimas y aplausos, más propuestas, contrapropuestas, recomendaciones y obligaciones sobre cómo actuar antes de, durante y después del Covid, entonces la reacción natural es bajar la guardia y hacer como si ya todo nos diera igual. Como dice uno de los millones de "memes" que han inundado las redes sociales durante las últimas semanas, hemos pasado del "resistiré" al "ya no puedo más".
Y es que, al final, esta hiperexposición mediática conlleva el riesgo de provocar una reacción pendular en la que del miedo irracional de los primeros días, cuando nos parecía que la "peste" acechaba en cada esquina y vivíamos atemorizados bajo el síndrome del "contagio inminente", se pase alegremente a la frívola irresponsabilidad de quienes, hastiados del largo confinamiento y anestesiados por el bombardeo mediático, pretenden recuperar el tiempo perdido y conquistar a cualquier precio y lo más rápido posible la libertad exterior desoyendo los consejos de la prudencia y del sentido común. Algunas imágenes de estos últimos días en distintos lugares de nuestra geografía parecen ir en esa dirección.
Por cierto, ¿a nadie le extraña que solo pensemos en la libertad exterior, la de poder salir y "potear" y no nos preguntemos por la libertad interior? Claro que para poder preguntarse por esta última hay que poseerla en algún grado y a todas luces andamos todos muy escasos de ella. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Vayamos con cuidado en este proceso de "desescalada" -y ésto va también por los responsables educativos a los que parece haberles entrado de pronto una prisa atroz por reabrir la aulas- no vaya a ser que por querer bajar demasiado deprisa la cuesta que tanto nos ha costado subir acabemos despeñándonos. Que no por mucho madrugar...
Aquí os dejo los enlaces a sendas entrevistas recientes a André Comte-Sponville donde además de lo comentado trata otros muchos aspectos interesantes con su maestría habitual:
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